Ansioso de vivir nuevas experiencias y firmemente convencido de las bondades del colonialismo, abandonará su Irlanda natal para acompañar al mismísimo Stanley en una de sus expediciones por el Congo, promovidas por el rey belga Leopoldo II.
Años más tarde, pasará a trabajar para el servicio diplomático de Inglaterra. La publicación de sus informes sobre la explotación y el trato inhumano de los habitantes del Congo, primero y de la Amazonía después, convulsionarán a la sociedad europea.
De forma paralela al descubrimiento de la opresión de los pueblos, Roger Casament inicia una transformación en su pensamiento político hacia al nacionalismo irlandés que le acerca a distintas personalidades que luchan por conseguir la independencia de su país. Su entusiasmo y la fe en su causa le harán creer en la necesidad de una colaboración con el ejército nazi durante la primera guerra mundial, hecho que, junto al hallazgo de ciertos diarios en los que pone de relieve su inclinación sexual, van a hundir definitivamente su prestigio.
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