Increíble pero cierta es la tradición sobre la que habla este libro de
Lisa See. Los lotos dorados, pies deformados cuya perfección radicaba en
no alcanzar un tamaño superior al de la longitud del pulgar(sobre ocho
centímetros) fueron durante siglos un reclamo erótico entre los hombres chinos y una auténtica tortura para las niñas que la sufrieron
hasta que su práctica fue prohibida en 1911.
En los primeros capítulos, la escritora narra el doloroso proceso del vendado
que se iniciaba entre los seis y ocho años a manos de las propias madres. Una práctica incomprensible en la actualidad pero que garantizaba un "buen matrimonio" para las niñas, siempre que no murieran durante el proceso.
Además de este dolor físico, también sufrían la frialdad de sus familias, que consideraban innecesario darles cariño ya que, más tarde o más temprano, abandonarían el hogar para formar parte del de sus maridos. En este nuevo lugar, tendrían que adaptarse a los caprichos de la nueva familia y luchar por asegurar la estirpe de su marido con el nacimiento de un varón.
La segunda tradición que descubre el libro es el
nu shu, un lenguaje secreto, exclusivamente femenino, propio de una zona del sur de China con el que las mujeres transmitían sus emociones a sus iguales.
En una remota provincia de China, las mujeres crearon hace siglos un
lenguaje secreto para comunicarse libremente entre sí: el nu shu.
Aisladas en sus casas y sometidas a la férrea autoridad masculina, el nu
shu era su única vía de escape. Mediante sus mensajes, escritos o
bordados en telas, abanicos y otros objetos, daban testimonio de un
mundo tan sofisticado como implacable. El año 2002, la autora de esta
novela viajó a la provincia de Huan, cuna de esta milenaria escritura
fonética, para estudiarla en profundidad. Su prolongada estancia le
permitió recoger testimonios de mujeres que la conocían, así como de la
última hablante de nu shu, la nonagenaria Yang Huanyi. A partir de
aquellas investigaciones, Lisa See concibió esta conmovedora historia
sobre la amistad entre dos mujeres, Lirio Blanco y Flor de Nieve. Como
prueba de su buena estrella, la pequeña Lirio Blanco, hija de una
humilde familia de campesinos, será hermanada con Flor de Nieve, de muy
diferente ascendencia social. En una ceremonia ancestral, ambas se
convierten en laotong —«mi otro yo» o «alma gemela»—, un vínculo que
perdurará toda la vida. Así pues, a lo largo de los años, Lirio Blanco y
Flor de Nieve se comunicarán gracias a ese lenguaje secreto,
compartiendo sus más íntimos pensamientos y emociones, y consolándose de
las penalidades del matrimonio y la maternidad. El nu shu las mantendrá
unidas, hasta que un error de interpretación amenazará con truncar su
profunda amistad.