El libro que presentamos hoy no es ni mucho menos una novedad editorial: fue escrito en 1964 por Roald Dahl . Aunque está dirigido a un público infantil-juvenil, es una de esas novelas que merece la pena leer aún siendo adulto.
Charlie es un niño al que nunca le sucede nada emocionante; vive en un pequeño pueblo a la sombra de una fábrica de dulces que le recuerda constantemente el vacío de su estómago. La situación económica en su casa es penosa; a su padre le acaban de despedir y cada vez es más difícil alimentar a su familia.
El día que Willy Wonka, el propietario de la fábrica de dulces más prestigiosa, decide convocar un concurso para visitarla, las expectativas de Charlie comienzan a cambiar. Solo cinco niños afortunados de todo el mundo podrán conocer los secretos más dulces, siempre y cuando encuentren los boletos dorados escondidos en las tabletas de chocolate Wonka.
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El guión respeta con bastante fidelidad el texto original, aunque el director le da mayor protagonismo al señor Wonka, convertido en un ser más excéntrico y con una triste historia a sus espaldas.
Contine algunos guiños al cine clásico como el chapuzón de los Oompa-Loompa a lo Escuela de sirenas, el monolito convertido en tableta de chocolate en 2001 Odisea del espacio, o la escena de la ducha de Psicosis.
Contine algunos guiños al cine clásico como el chapuzón de los Oompa-Loompa a lo Escuela de sirenas, el monolito convertido en tableta de chocolate en 2001 Odisea del espacio, o la escena de la ducha de Psicosis.
Tanto el libro como la película, puedes encontrarlos en la biblioteca.
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