miércoles, 10 de octubre de 2012

Tom y Marcus

Son los nombres de los dos chicos protagonistas de las novelas que recomiendo  hoy. Ambos personajes tienen en común  una vida bastante complicada que les obliga a ejercer de adultos precoces en un mundo en el que estos parecen querer delegar de su papel y una especie de halo de magia que, al final, hace mejor la vida de la gente que les rodea.
Tom es el protagonista del libro de Barbara Constantine Tom, pequeño Tom, hombrecito Tom con el que comenzamos las charlas del club de lectura de 4ºESO. Este casi adolescente vive solo con su madre en una caravana destartalada en la campiña francesa. La relación entre ellos no es mala aunque a ella le costó aceptar una maternidad siendo casi una niña que le impidió educarse y disfrutar del propio tiempo libre. Debido a esto, con veinticuatro años parece querer recuperar el tiempo perdido saliendo por las noches y haciendo a Tom responsable de la casa. Dan forma a la historia  una serie de personajes secundarios a los que de una forma u otra,  Tom conseguirá ayudar gracias a su especial carácter: una pareja de  jubilados ingleses convertidos en sus ángeles de la guardia, un padre que aparece después de pasar una temporada en la cárcel,  una anciana solitaria a la que socorre un día y de la que pronto se descubrirá una sorprendente historia...

Marcus es uno de los protagonistas del libro de Nick Hornby Un gran chico. Tiene doce años y vive con su madre divorciada en Londres, ciudad a la que  acaban de mudarse. El cambio de colegio no le ha sentado bien; la educación un tanto peculiar que ha recibido en casa, ajena a las modas,  le ha convertido en un bicho raro en el instituto y por ello, sufre el acoso de algunos de sus compañeros. Para colmo de males, su madre se hunde en la depresión e intenta suicidarse. Este hecho precipitará su encuentro con Will, un treintañero un poco patético que poco a poco se convertirá en su particular pigmalión. Si Will en un principio es caracterizado como un tipo insensible, un poco mentiroso y aprovechado hasta tal punto de anotarse en una asociación de padres divorciados- sin estar casado ni tener familia- solamente para ligar, el contacto con Marcus acabará por  resquebrajar su sólida coraza haciéndole sensible no solo a la amistad con un adolescente al que triplica en edad sino al compromiso del que llevaba huyendo toda su vida.
Por último, os comento que esta película fue llevada a la pantalla en 2002 con el título de Un niño grande, adaptada por el propio escritor.

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