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miércoles, 22 de octubre de 2008

Botella al mar

Esta imagen de la fotógrafa alemana Grete Stern perteneciente a la serie "Sueños" nos sirve para ilustrar el poema que nos ha inspirado la próxima actividad marina. Se ha propuesto a todos los alumnos de Secundaria elaborar en pequeños grupos durante la hora de tutoría un mensaje que nos defina como centro. Cada grupo presentará el suyo y finalmente, una comisión de profesores seleccionará el mejor, que será lanzado al mar. ¿Quien sabe si dentro de unos años volvemos a tener noticias del mensaje como este de un vecino de Ribeira o este otro hallado cerca de las Islas Sisargas?
BOTELLA AL MAR(fragmento) de Mario Benedetti
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
Poner en ella por ejemplo
un grillo, un barco sin velamen, y una espiga
sobrantes de lujuria, algún milagro
Y un folio rebosante de noticias
Poner un verde, un duelo, una proclama,
dos rezos, y una cábala indecisa
El cable que jamás llegó a destino
Y la esperanza pródiga y cautiva
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
poner en ella por ejemplo un tango
que enumerara todos los pretextos
para apiadarse a solas de uno mismo
y quedarse en el borde de otro sueño
Poner promesas como sobresaltos
Y el poquito de sol que da el invierno
y un olvido flamante y oneroso
y el rencor que nos sigue como un perro
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!
Poner en ella por ejemplo un naipe,
un afiche de Dios, el de costumbre,
el tímpano banal del horizonte
el reino de los cielos y las nubes
Poner recortes de un asombro inútil,
un lindo vaticinio de agua dulce
una noche de rayos y centellas
y el saldo de veranos y de azules
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!

lunes, 8 de junio de 2009

Un premio esperado


Lembrades que a principio de curso organizamos un concurso de mensaxes na botella????? Ben, por fin deitamos a botella ao mar.

O curso gañador foi 4ºde ESO B; daquela prometerásmoslle que cando viñese o bo tempo e os días fosen máis longos iriamos todos xuntos á procura de horizontes afastados para esa fermosa mensaxe.

Despois de desenredar moito o novelo dos posibles lugares, o destino seleccionado foi A Guarda. Queriamos que as correntes non estivesen en contra e nos devolvesen a botella.

Para non desaproveitar a xornada, visitamos tamén o famoso castro do monte Tegra. A visita foi longa, pero saborosa. Posteriormente diríximonos á praia do Muíño na zona de Camposancos e encamiñámonos á punta que se máis se adentra no mar. Xa alí, guindamos a mensaxe... Desexamos que percorra moitos mares e que algún día recibamos contestación.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Gañador do concurso "Mensaxe na botella"

Aínda que un pouco tarde, hoxe damos a coñecer o texto gañador do concurso "Mensaxe na botella" realizado por 4º de ESO B. Enviaremos o texto traducido do galego ao inglés, aínda que ao mellor tamén nos atrevemos a chapurrealo en árabe.

O xurado que elixiu a carta estaba composto polos lectores máis asiduos da biblioteca de Primeiro de Bacharelato, por iso de que non podían ser "xuíz e parte" á vez . Velaí a nosa escolla:

viernes, 22 de abril de 2011

Una habitación en Babel

Una habitación en Babel

Eliacer Cansino

VI Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil



La biblioteca está, como casi siempre, cerrada. Últimamente, los profesores no saben qué hacer con ella. Falta espacio en el centro y sobran los libros. Ángel ha intentado abrirla, establecer unos turnos de guardia, pero parece que lucha contra gigantes: que si ya verás como no sirve de nada, que si antes que estar cuidando la biblioteca hay que vigilar los pasillos, que para qué abrirla si acuden solo para comer y charlar, que van a robar los vídeos, que si no hay un vigilante, mejor que no entren, que las vitrinas tienen que estar cerradas con llave, que es preferible que bajen allí los castigados que merodean por todo el instituto y no sabemos dónde meterlos…Unos por convicción de que el orden bibliotecario es la manera que tienen de vivir los libros y que es preferible no abrir que desordenar, y otros porque están cansados, aburridos de intentarlo; los unos por los otros, la casa sin barrer. En realidad la biblioteca es el calabozo de los libros. Se les oye gritar, removerse en los estantes, golpear los cristales de las vitrinas, quieren salir, quieren que alguien los lea. Sus historias no avanzan sin los lectores.
En el estante de novela española alguien tomó Tiempo de silencio y no prosiguió su lectura, dejó al Muecas con el ratón mordiéndole la mano, ahí se detuvo, dejó de leer y no volvió. El Muecas sigue con esa mordedura infinita, inacabable, y se le oye gritar, en su lengua resuelta y clara sin puntos ni comas, que alguien lea por favor, que alguien siga adelante hasta donde el ratón suelta el dedo. En la sección de teatro, Luces de bohemia ha quedado con un separador en la escena del cementerio: Rubén y el Marqués mantienen una disputa eterna sobre si cementerio o camposanto, si oscuridad o luz. Y nadie los saca de ese recinto de muerte. Espera Melibea la llegada de Calixto y el alba se ha detenido como una flor enferma, en la que Calixto no aparecerá si otro joven enamorado del amor no entra toma el libro y lee; detenidas las mariposas blancas en Platero, el guardia de los consumos no sabe si dejarlo o no pasar y Juanra no termina de decir que es solo alimento ideal lo que llevan; lo intenta no obstante, tartamudea, se le oye como un fantasma que quisiera hablar y olvidó la lengua, la lengua que fue su médula, Juanra sin médula, transparente ya y atrapado. No todos oyen. La mayoría pasa y no escucha el griterío, el dilema de Hamlet, las razones de la sinrazón de don Quijote, las blasfemias de don Juan, las humildes palabras con que Juan de la Cruz agradece el amor… Pero Ángel, sí los escucha, oye la algarabía, la confesión, la amenaza, la orden, la inmodestia, el ¡ay, infelice”, ¡la botella de ron!, el vivo sin vivir en mí…y no puede soportarlo, introduce la llave, abre la puerta de la biblioteca y con el espanto contenido de verse venir contra él el tropel de ese ejército anárquico y ucrónico, ve en cambio que se hace el silencio. Un silencio sepulcral, de cementerio, no, de camposanto, mejor de camposanto que tiene una lámpara- insiste solo la voz de Rubén que no se calla ni debajo del agua-, silencio porque no quieren asustar a nadie y porque conocen la regla del juego, la ley profundísima que rige desde siempre la naturaleza de los libros, como un precepto mayor, inviolable: son los lectores quienes eligen, la libertad de ellos es nuestra libertad. Y espera, eso sí, cada uno en su temblor, la mano de nieve que venga a salvarlos.”


Babel es en esta novela una torre en un pueblo del sur. En ella convive gente de toda índole: emigrantes que llegan a Europa en busca de un futuro mejor, un sabio ignorado rodeado de libros, un profesor de Filosofía, mujeres que luchan por sus hijos y descubren a José Hierro como por causalidad, buscavidas de todo tipo… Multitud de lenguas obligadas a entenderse en algún momento. Ángel, un profesor de Filosofía al que la muerte de su esposa ha empujado al sur, conoce, gracias a este peculiar entorno, la necesidad de implicarse y ser el motor de su propia vida. La desaparición de Nor, un alumno africano, será el desencadenante de la historia.