miércoles, 7 de marzo de 2012

Me voy contiga

Hace unos días, la RAE reavivaba una vieja polémica al aprobar un informe de uno de sus miembros en el que se criticaba las directrices de nueve guías sobre lenguaje no sexista. Se sostenía que habían sido elaboradas sin consultar a lingüístas y contraviniedo, en algunos casos,  algunas de las normas gramaticales y de léxico ya asentadas.
El académico considera innecesario «forzar las estructuras lingüísticas para que constituyan un espejo de la realidad» ni «impulsar políticas normativas que separen el lenguaje oficial del real», porque de lo contrario «no se podría hablar».
Como desde la biblioteca siempre hemos tratado de fomentar una educación no sexista  y el lenguaje nos parece otro aspecto más en la lucha contra la discriminación entre los sexos, os dejamos  este recopilatorio de recursos web sobre Lenguaje no sexista  de la Universidad del País Vasco.
De regalo, también, esta composición que encontramos hoy mismo mientras buscabamos textos para un recital poético- musical que estamos planeando. ¿No diréis que no viene como anillo al dedo?
Ojo que es de  un autor  de principios de siglo XX
.
EL IDIOMA CASTELLANO

Señores un servidor:
Pedro Pérez Baticola,
cual la Academia Española,
«limpia, fija y da esplendor».

Pero yo lo hago mejor;
y no son ganas de hablar,
pues les voy a demostrar
que es preciso meter mano
al idioma castellano
donde hay mucho que arreglar.

¿Me quieren decir por qué,
en tamaño y en esencia,
hay esa gran diferencia
entre un buque y un buqué?

¿Por el acento? Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de un presidio a presidió.

Ni de tomas a Tomás,
de un paleto a paletó
ni de topo a que topó
ni de colas a Colás.

Mas dejemos el acento
que convierte, como ves,
las ingles en un inglés
y vamos con otro cuento.

¿A ustedes no les asombra
que diciendo chico y chica,
majo y maja, rico y rica
no digamos hombre y hombra?

Y la frase tan oída
del marido y la mujer
¿por qué no tiene que ser
el marido y la marida?

El sexo a hablar nos obliga
a cada cual como digo;
si es hombre, me voy contigo;
si es mujer, me voy contiga.

 (...)
Y continúa  Pablo Parellada(1855-1944) en el mismo tono irónico con el que comienza. El resto lo encontramos aquí.

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