A veces, se encuentra una con portadas que echan para atrás. Es el caso de la de este libro que nunca hubiera abierto si me hubiese encontrado con algo más que leer. Y además ese título, un nombre que le acerca mucho a otros igual de inspirados como Los gritos del silencio, La sombra del viento o Susurros del corazón.
El caso es que debo reconocer que me ha gustado. Una lectura muy entretenida para el verano que habla de cómo el pasado a veces es un lastre y otras veces, ayuda a redimir a las personas.
La historia se inicia con la muerte por enfermedad de un niño. El dolor destroza el matrimonio de sus padres y empuja a un aislamiento en una isla de Honk Kong a su padre, quien evita a toda costa el encuentro con otras personas a fin de preservar los recuerdos de su hijo.
La casualidad propicia el encuentro con una turista americana, que recurre a él, como occidental, para tratar de encontrar a su hijo, desaparecido en un viaje de negocios. Con la ayuda de un amigo policía investigará la desaparición y descubrirá una China diferente a la que ha vivido desde hace años.
La casualidad propicia el encuentro con una turista americana, que recurre a él, como occidental, para tratar de encontrar a su hijo, desaparecido en un viaje de negocios. Con la ayuda de un amigo policía investigará la desaparición y descubrirá una China diferente a la que ha vivido desde hace años.
El autor, Jan-Phillip Sendker, da voz a lo largo de la historia a varios personajes que presentan su visión del país desde diferentes puntos de vista: un pasado marcado por los excesos de la Revolución Cultural de Mao, que aún sigue pesando sobre la vida de algunos personajes, el presente de un país en crecimiento constante que cada vez tiene menos que envidiar a los países más capitalistas, con ciudades llenas de rascacielos y luces de neón que acogen con los brazos abiertos a los inversores occidentales, la visión del americano que desprecia su cultura, comenzando por las inflexiones de la lengua y la fisionomía de sus ciudadanos como el desconocimiento de los chinos de la cultura americana. También hay referencias a la gastronomía, considerada como todo un arte, el desprecio por la historia y los objetos que la encierran, a la alineación de los trabajadores en las ciudades y la pobreza en el campo.
En fin, una novela que encierra mucho más que un misterio por resolver.
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