La joven modista Sira Quiroga abandona el Madrid convulso de los meses previos al alzamiento arrastrada por el amor desbocado hacia un hombre a quien apenas conoce. Con él se instala en Tánger, una ciudad exótica y vibrante donde todo puede suceder. Incluso la traición. Sola, desubicada y cargada de deudas ajenas, Sira se traslada accidentalmente a Tetuán, capital del Protectorado Español en Marruecos. Espoleada por la necesidad de salir a flote, con argucias inconfesables y gracias a la ayuda de nuevas amistades de reputación un tanto dudosa, forjará una nueva identidad y logrará poner en marcha un selecto taller de costura en el que atenderá a clientas de orígenes lejanos y presentes insospechados. A partir de entonces, con la contienda española recién terminada y los ecos de la guerra europea resonando en la distancia, el destino de Sira queda ligado al de un puñado de carismáticos personajes --Rosalinda Fox, Juan Luis Beigbeder, Alan Hillgarth-- que la empujarán hacia un inesperado compromiso en el que las artes de su oficio ocultarán algo mucho más arriesgado.(del blog de la autora).
Personalmente, me pareció una novela que, aunque engancha desde el primer momento con la historia de una mujer capaz de inventarse a sí misma- de aspirante a costurera a espia- muestra también un modelo femenino sometido siempre a los designios de cualquier hombre(desde su padre hasta el jefe del espionaje británico). Una mujer a la que lo único que parece afectarle de las vicisitudes de su tiempo, es la escasez de materiales para crear los modelitos de sus clientas. Como curiosidad para quienes leyeron el libro, en el Museo del traje de Madrid se expone el Modelo Delphos diseñado en 1907 por Mariano Fortuny que la protagonista trata de imitar para su amiga Rosalinde Fox.
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