Si las novelas de Roald Dahl cuyos protagonistas son niños son maravillosas, no por ser este un relato autobiográfico deja de serlo también ya que no solo asistimos a una narración de su infancia sino a qué hechos pudieron inspirar novelas tan entrañables como "La fábrica de chocolate":
...Después de clase(...)pasabamos siempre por delante de la confitería. Nos demorábamos ante su pequeño escaparate comiéndonos con los ojos los grandes tarros de cristal llenos de bolas de caramelo, los adoquines de dulce pintados con rayas oscuras y claras, los bombones de fresa, y los escarchados de menta, y los confites ácidos, de pera, limón y todo lo demás...
...empecé a darme cuenta de que las grandes empresas chocolateras disponían realmente de departamentos de invención y se tomaban muy en serio sus innovaciones. Solía imaginarme una sala grande y blanca, como un laboratorio, con marmitas de chocolate, y dulce de cacao y caramelo, y toda clase de rellenos exquisitos hirviendo sobre hornillos...
Doscientas páginas en las que caminar de la mano del pequeño Boy y ser testigos de la admiración hacia su madre noruega- viuda desde muy joven en un país extranjero(Inglaterra) a cargo de un buen montón de hijos e hijastros y del negocio familiar- de su paso por diferentes escuelas e internados, conocer a sus amigos de la infancia, sus travesuras, sus vacaciones en Noruega...
En resumen, un libro muy recomendable para los amantes del escritor.
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