Patria es una novela que sorprende, tal vez por intentar dar luz sobre el problema del terrorismo en Euskadi sin caer en un juicio de valores.
Fernando Aramburu inicia la historia con dos mujeres fuertes, de esas que son la verdadera cabeza de familia en sociedades matriarcales como la vasca. Miren y Bittori han sido uña y carne desde antes de casarse pero en el momento en el que uno de los hijos de una se posiciona, arrastrando en sus convicciones a su madre y el marido de la otra comienza a ser señalado en el pueblo como enemigo de la causa vasca, una honda brecha comienza a crecer entre las dos familias.
Pero en Patria no sólo se presenta la visión de las dos madres enfrentadas. Sin caer en la sensiblería, Fernando Aramburu también da voz a otros actores que nos sirven para entender la trama. En la familia de Miren, destaca el testimonio de Joxe Mari, el hijo terrorista que rememora en la cárcel todo las acciones que le han llevado hasta allí. También el comportamiento pusilánime de Joxian, su marido, que le ha impedido revelarse no solo ante Miren sino ante las convenciones de un pueblo que ahora condena su amistad con Txato. Completa su familia Gorka, el otro hijo al que le salva su afición por la literatura y una hija valiente, Arantxa, encerrada en un cuerpo inmóvil por un ictus.
En la familia de Bittori, el propio Txato, que unas veces cuenta su calvario desde que comienza a recibir cartas que le exigen el pago del impuesto revolucionario y otras, se convierte en receptor del monólogo de su mujer a la manera del Mario de Miguel Delibes. También Nerea, la hija por la que sufre y a la que trata de apartar del País Vasco por su seguridad, que asume el atentado de su padre como buenamente puede, Xabier, el hijo mayor que no es capaz de aceptar su propia felicidad bajo el peso del sufrimiento de su propia familia... Una multitud de personajes que poco a poco van tejiendo la trama de esta novela que engancha desde el primer momento.