De la editorial: ¿Quién no ha deseado alguna vez ser invisible? ¿Quién no ha deseado alguna vez dejar de serlo? El problema es que nunca he llegado a controlar bien ese poder: A veces, cuando más ganas tenía de ser invisible, era cuando más gente me veía, y en cambio, cuando deseaba que todos me vieran, era cuando a mi cuerpo le daba por desaparecer.
Si la adolescencia es una etapa complicada, mucho más es vivirla en un entorno en el que una parte de sus componentes no aceptan que tú te sientas incómod@ con el género con el que has nacido. Reseña más extensa en este blog aquí.