Markus Zusak cuestiona qué pudo ocurrir con aquellas personas que se vieron obligadas a comulgar con un régimen con el que no estaban de acuerdo, por una simple casualidad geográfica. Cómo las cosas no son siempre ni blancas ni negras sino que hay toda una gama de grises, retratados en el pequeño barrio donde vive la protagonista: un niño que admira e intenta emular a Jesse Owens- atleta afroamericano ganador de 4 medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936-, un matrimonio que, a pesar del peligro que entraña, guarda un secreto en el sótano, una madre orgullosa de que sus dos hijos estén luchando en el frente alemán, una triste mujer del alcalde dueña de una biblioteca a codiciar, la música de un acordeón para consolar a todos en los momentos más duros…Y los libros que acompañarán a Liesel en su crecimiento. Gracias a ellos será capaz de muchas cosas: aprender a leer con un “Manual del sepulturero” encontrado sobre la tumba de su hermano, crear un vínculo especial con un judío que ha escrito un cuento especial para ella por regalarle sus palabras, de acallar el miedo en los refugios antiaéreos con historias leídas en voz alta, de ablandar el corazón de una vecina enemistada con su familia y fundamentalmente, de sobrevivir.
martes, 16 de marzo de 2010
La ladrona de libros
Markus Zusak cuestiona qué pudo ocurrir con aquellas personas que se vieron obligadas a comulgar con un régimen con el que no estaban de acuerdo, por una simple casualidad geográfica. Cómo las cosas no son siempre ni blancas ni negras sino que hay toda una gama de grises, retratados en el pequeño barrio donde vive la protagonista: un niño que admira e intenta emular a Jesse Owens- atleta afroamericano ganador de 4 medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936-, un matrimonio que, a pesar del peligro que entraña, guarda un secreto en el sótano, una madre orgullosa de que sus dos hijos estén luchando en el frente alemán, una triste mujer del alcalde dueña de una biblioteca a codiciar, la música de un acordeón para consolar a todos en los momentos más duros…Y los libros que acompañarán a Liesel en su crecimiento. Gracias a ellos será capaz de muchas cosas: aprender a leer con un “Manual del sepulturero” encontrado sobre la tumba de su hermano, crear un vínculo especial con un judío que ha escrito un cuento especial para ella por regalarle sus palabras, de acallar el miedo en los refugios antiaéreos con historias leídas en voz alta, de ablandar el corazón de una vecina enemistada con su familia y fundamentalmente, de sobrevivir.
lunes, 15 de marzo de 2010
Reunión del club de lectura
sábado, 13 de marzo de 2010
"Si te digo mi verdad"
Después he tenido la suerte de asistir a su puesta en escena por la actriz Lola Herrera con una interpretación que no desmerecía al libro. Gracias al Centro virtual Cervantes(que le dedica en este enlace un monográfico) me entero de que es una de las obras que más tiempo ha estado en cartel desde que se estrenó en 1979.
jueves, 11 de marzo de 2010
Os tempos das mulleres
lunes, 8 de marzo de 2010
Dia Internacional de la Mujer
Queridos todos: Me voy. Volveré cuando sepáis dónde están guardadas las bolas de naftalina, cuando nuestra casa ya no tenga secretos para ninguno de vosotros, cuando seáis capaces de descifrar los códigos de los botones de la lavadora, cuando logréis reprimir el impulso de llamarme a gritos si se acaba la pasta de dientes o el papel higiénico. Volveré cuando estéis dispuestos a llevar conmigo la corona de reina de la casa. Cuando no me necesitéis más que para compartir.
Ya sé que me echaréis de menos, estoy segura. También yo a vosotros, pero sólo desapareciendo podré rellenar los huecos que vuestro cariño me produce... Sólo podré estar segura de que verdaderamente me queréis cuando no tengáis necesidad de mí para comer o para vestiros o para lavaros o para encontrar las tijeras. Ya no quiero ser la reina de la casa, estoy harta, me he cansado de tan gran responsabilidad y he caído en la cuenta de que si sigo jugando el papel de madre súper no lograré inculcaros más que una mentalidad de súbditos. Y yo os quiero libres y moderadamente suficientes y autónomos.
Ya sé que vuestro comportamiento conmigo no es más que un dejarse llevar por mi rutina; también por eso quiero poner tierra por medio. Si me quedo, seguiré poniéndoos todo al alcance de la mano, jugando mi papel de omnipresente para que me queráis más.
Sí, para que me queráis más. Me he dado cuenta de que todo lo que hago es para que me queráis más, y eso me parece tan peligroso para vosotros como para mí. Es una trampa para todos.
Palabra de honor que no me voy por cansancio, aunque sea una lata dormirse todas las noches pensando en la comida del día siguiente y hacer la compra a salto de mata cuando vienes del trabajo y, a la larga, pesa mucho la manía de ver siempre un velo de polvo en los muebles cuando me siento un rato en el sofá, y la perenne atracción hacia la bayeta y la cera. Pero no es sólo por eso. No. Tampoco me voy porque esté harta de poner la lavadora mientras me desabrocho el abrigo ni porque quiera estar más libre para hacer carrera en mi trabajo. No. Hace ya mucho tiempo que tuve que elegir una perpetua interinidad en mi profesión porque no podía compatibilizar una mayor dedicación mental al trabajo profesional con la lista de la compra. Me voy para enseñaros a compartir, pero sobre todo me voy para ver si aprendo a delegar.
Porque si lo consigo, no volveré nunca más a sentirme culpable cuando no saquéis notas brillantes o cuando se quemen las lentejas o cuando alguno no tenga camisa planchada que ponerse.
La culpa de que sea imprescindible en casa es sólo mía, así que desapareciendo yo por unos días, os daréis cuenta vosotros de que la monarquía doméstica es fácilmente derrocable y quizá yo pueda aprender la humildad necesaria para ser, cuando vuelva, una más entre la plebe.
Cuando encontréis la naftalina no dejéis de avisarme. Seguro que para entonces yo también habré aprendido a no ser tan excesivamente buena. Puede ser que ese día no nos queramos más, pero seguro que nos querremos mejor. Besos. Mamá.
C. de Santos "Ser humano"