La historia comienza con el ingreso en una residencia de ancianos de Emilio, un jubilado que está perdiendo la cabeza al que su hijo no puede o no quiere seguir atendiendo. Pronto van a apareciendo otras historias y personajes: Dolores y Modesto, una entrañable pareja de ancianos en la que el marido, con Alzheimer, es cuidado incondicionalmente por su esposa; la señora Rosario, que sentada ante la ventana cree viajar en el Orient Express; Antonia, una anciana que espera la visita de sus familiares atesorando cualquier sobre de azúcar, mostaza o manzanilla que encuentra a su alcance, y especialmente Miguel, un simpático caradura con pocos escrúpulos y sin familia que además de ser el compañero de habitación de Emilio, se convertirá en su cicerone en el asilo.
Para dar forma a la historia, Paco Roca visitó asilos y se inspiró en los testimonios de los trabajadores y sobre todo, de los propios ancianos. El personaje de Emilio es una recreación del padre de un amigo al que diagnosticaron Alzheimer.