Esta mañana nos enteramos del fallecimiento de nuestro compañero José Ramón Iglesias Veiga, más conocido como Moncho.
Si pienso en él, la primera imagen que me viene a la cabeza es su sonrisa y aquel andar acelerado por los pasillos del instituto, maletín en ristre. Era de aquellos maestros a los que se le notaba la vocación y el cariño por sus grupos, además de una persona con una excelente disposición para cualquier propuesta.
Profesional, amable, detallista, comprometido... insuficientes adjetivos para dar forma a ese ideal en el que piensas cuando imaginas en qué tipo de profesora te gustaría convertirte.
Por todo el tiempo que compartimos, gracias Moncho, de corazón. DEP